Año Nuevo: Planifica!

En el inicio de este nuevo año, el mensaje de John Piper escrito en 1984 sigue siendo relevante en nuestro tiempo. El siguiente mensaje es una traducción directa del inglés del mensaje compartido por Piper sobre cómo planificar ayuda a cumplir con los propósitos de año nuevo que muchos de nosotros nos proponemos.

 

Una exhortación de Año Nuevo: ¡Planifica!

Mensaje de John Piper 

Supón que quieres construir una casa. Te sientas y haces una lista de todos los materiales que necesitarás. Luego, haces un pedido para que los entreguen en el terreno donde la construirás. Todo está amontonado en el centro del terreno, y al siguiente día la retroexcavadora viene para excavar y así hacer los cimientos, pero todos los materiales están amontonados y estorban. Todo está justo donde el camión debe excavar.

 

¿Por qué creen que algo así sucede? Por falta de planificación.

 

Sin algo de planificación rudimentaria probablemente no tendrás que comer al siguiente día. Y sin una planificación detallada nadie puede construir una casa, ni mucho menos un rascacielos, un centro comercial o una ciudad. Si la vivienda, la comida o el vestido son valiosos, entonces planificar es valioso. Nada se logra sin algo de previsión, a la cual denominamos “un plan”.

 

Planificar para las necesidades espirituales

Todos sabemos esto y lo practicamos en relación a las necesidades básicas de la vida. Hacemos lo necesario para asegurarnos que tenemos lo suficiente para comer y la ropa que nos mantendrá calientes. ¿Pero tomamos así de en serio nuestras necesidades espirituales? ¿Aplicamos la misma seriedad en la planificación de nuestro ministerio como lo hacemos cuando se trata de ganarnos la vida?

 

Lo que quiero hacer es tratar de persuadirlos de apartar un tiempo cada semana en el año que viene para planificar, y específicamente planear su vida de oración, devoción y ministerio. Volviendo a la analogía inicial, la retroexcavadora de Dios llega a la escena de nuestro corazón lista para empezar una gran construcción, pero encuentra que debido a una mala planificación, hay pilas de cosas desordenadas en su camino. NO estamos listos para Él.

 

Así que espero motivarles al brindarles cuatro ejemplos de planificación en la Biblia. Primero, algunas ilustraciones del libro de los Proverbios; segundo, la planificación del apóstol Pablo; tercero, la planificación de Dios; y cuarto, la planificación de Jesús.

 

Ilustraciones del libro de Proverbios

Proverbios 6:6–8: ¡Anda, perezoso, fíjate en la hormiga! ¡Fíjate en lo que hace, y adquiere sabiduría! No tiene quien la mande, ni quien la vigile ni gobierne; con todo, en el verano almacena provisiones y durante la cosecha recoge alimentos.

 

La hormiga es un ejemplo no sólo porque trabaja tan arduamente, sino también planifica con anticipación. En verano ya pensó que iba a haber necesidad en invierno, y es esta previsión la que provee sus necesidades en invierno.

 

Proverbios 14:15: “El ingenuo cree todo lo que le dicen; el prudente se fija por dónde va”.

 

La diferencia entre planificar y no planificar yace en si ves adonde vas en el futuro o si enfocas tu atención en lo inmediato, en lo que tienes delante de ti. Si no eres un planificador, entonces estarás a la merced de otros que intentan aconsejarte sobre cómo actuar ahora para ser feliz en el futuro.

 

Así que “El ingenuo cree todo lo que le dicen; el prudente se fija por dónde va”. El prudente considera los días venideros y lo que traen consigo y piensa sobre cómo prepararse de la mejor manera para ellos y cómo usarlos para cumplir sus propósitos.

 

Proverbios 15:22, “Cuando falta el consejo, fracasan los planes; cuando abunda el consejo, prosperan.”

 

Aquí la sabiduría de la planificación es dada por hecho, y el escritor simplemente nos da consejos sobre cómo hacer planes que prosperen. Él dice, No sean tan independientes que crean que están por encima del consejo. Interpreten la sabiduría de otros que han ido antes que ustedes. Hablen con personas experimentadas y sabias. Miren cómo otros hacen las cosas y aprendan de sus errores y aciertos.

 

Proverbios 16:3, “Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán”.

 

De nuevo la planificación es un hecho, pero el asunto es: ¿Cómo puedes planificar de tal manera que lo que produces tenga un valor duradero y no simplemente desaparezca de la noche a la mañana? La respuesta:  Ponlo en manos del Señor. Es decir, siempre busca la guía y la fortaleza del Señor en tu planificación. Confía en su sabiduría y no en la tuya propia.

 

Proverbios 24:27, “Prepara primero tus faenas de cultivo y ten listos tus campos para la siembra; después de eso, construye tu casa”.

 

Esto probablemente significa que es importante ser capaz de mantenerte a ti mismo por la productividad de tu campo antes de establecer tu hogar. Y tal vez esto se aplique para los jóvenes hoy en día: primero consigue un trabajo y luego cásate. O al menos planea cómo vas a mantener el nuevo hogar que vas a establecer.

 

Proverbios 31:15–16, “Se levanta de madrugada, da de comer a su familia y asigna tareas a sus criadas. Calcula el valor de un campo y lo compra; con sus ganancias planta un viñedo”.

 

Aquí la mujer virtuosa es una planificadora modelo de dos maneras. Primero, ella se levanta temprano y asigna tareas a sus criadas. No puedes asignar tareas a tus criadas si no tienes un plan sobre lo que quieres lograr ese día. Y segundo, ella calcula el valor de un campo y lo compra. Es decir, ella calcula el valor del campo y cómo se ajustará al plan de su hogar.

 

Conclusión de los proverbios: Una planificación cuidadosa es parte de lo que hace a una persona sabia y productiva. No planificar es considerado algo insensato y peligroso. Esto es verdad aunque los Proverbios enseñan que nosotros no sabemos lo que el futuro nos depara. “El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el Señor” (Proverbios 16:9). El hecho de que el Señor es el que está en control del futuro no significa que no deberíamos planificar. Significa que deberíamos poner nuestro trabajo en las manos del Señor y confiar en que Él establecerá nuestros planes de acuerdo a sus amorosos propósitos.

 

La Planificación del Apóstol Pablo

Tomaremos sólo un ejemplo de la planificación de Pablo de los muchos que podríamos tomar del libro de los Hechos y de sus cartas. Leamos Romanos 15:20-28.

 

En efecto, mi propósito (mi plan) ha sido predicar el evangelio donde Cristo no sea conocido, para no edificar sobre fundamento ajeno… Pero ahora que ya no me queda un lugar dónde trabajar en estas regiones, y como desde hace muchos años anhelo verlos, tengo planes de visitarlos cuando vaya rumbo a España. Espero que, después de que haya disfrutado de la compañía de ustedes por algún tiempo, me ayuden a continuar el viaje. Por ahora, voy a Jerusalén para llevar ayuda a los hermanos… Así que, una vez que yo haya cumplido esta tarea y entregado en sus manos este fruto, saldré para España y de paso los visitaré a ustedes.

 

Aquí está un típico ejemplo de cómo el apóstol Pablo llevaba a cabo su misión. Y creo que deberíamos aprender de él que la planificación es esencial para un ministerio productivo. Y me refiero a su ministerio personal (individual) así como también al organismo más complejo de los ministerios de la iglesia. Pablo fue el más grande plantador de iglesias. El logró más en su vida por la propagación del reino de Cristo que ninguna otra persona. Así que creo que haríamos bien en tomar en serio su método. Parte de su método fue la planificación.

 

Él tenía una línea de acción general: él quería predicar donde nadie antes había predicado. Luego desarrolló un plan específico a partir de esa línea de acción: él llevaría la ofrenda a Jerusalén; luego iría a Roma a establecer una base de operaciones en Occidente, desde donde luego iría a España.

 

Lo interesante de esto es que, hasta donde sabemos, el plan falló. Pablo fue arrestado en Jerusalén. Fue a Roma como prisionero y probablemente nunca fue a España. Es como vimos en los Proverbios. Dios es quien finalmente decide el futuro. Pero de todos modos nosotros planificamos. Dios usa nuestra planificación aun cuando él la aborta.

 

Por ejemplo, si Pablo no hubiese planeado usar Roma como una base de operaciones para un viaje a España, probablemente nunca hubiera escrito la más grandiosa carta que el mundo ha conocido: la epístola a los Romanos. La planificación es crucial en la vida y ministerio cristianos, aun cuando Dios desecha nuestros planes.

 

La Planificación de Dios

La razón principal para planificar es que Dios es un Dios que planifica y nosotros somos creados a Su imagen para ejercer dominio en la tierra bajo Su señorío.

 

No creo que sea posible concebir un Dios que no actúa de acuerdo a su propio plan eterno, es decir, un Dios que tiene reacciones irreflexivas ante estímulos en lugar de acciones deliberadas que encajan en su sabio propósito.

 

Isaías 46:9–10, “Yo soy Dios, y no hay ningún otro, yo soy Dios, y no hay nadie igual a mí. Yo anuncio el fin desde el principio; desde los tiempos antiguos, lo que está por venir. Yo digo: Mi propósito se cumplirá, y haré todo lo que deseo”.

 

Efesios 1:9–10, “Él nos hizo conocer el misterio de su voluntad conforme al buen propósito que de antemano estableció en Cristo, para llevarlo a cabo cuando se cumpliera el tiempo: reunir en él todas las cosas, tanto las del cielo como las de la tierra”.

 

Hechos 2:23, “Éste (Jesús) fue entregado según el determinado propósito y el previo conocimiento de Dios; y por medio de gente malvada, ustedes lo mataron, clavándolo en la cruz”.

 

Puesto que Dios es un Dios que hace todas las cosas de acuerdo a Su plan, nos conviene abordar las cosas más importantes de la vida con previsión y un plan, no al azar.

 

La Planificación de Jesús

Jesús tenía una misión que cumplir, y la terminó con previsión y planificación.

 

Cuando su madre le pidió hacer un milagro en las bodas de Caná, él dijo: “Todavía no ha llegado mi hora.” (Juan 2:4). Había una hora planificada y establecida para la revelación de su poder. Y Jesús cumpliría con el plan. Lucas 9:51 dice: “Como se acercaba el tiempo de que fuera llevado al cielo, Jesús se hizo el firme propósito de ir a Jerusalén.” Él sabía que el plan significaba su muerte en Jerusalén y no desistió del plan.

 

Pero no fue impulsado en contra de su voluntad. El plan de Dios el Padre era su plan. Él dijo en Juan 10:18: “Nadie me la arrebata (mi vida), sino que yo la entrego por mi propia voluntad. Tengo autoridad para entregarla, y tengo también autoridad para volver a recibirla. Éste es el mandamiento que recibí de mi Padre.”

 

Conclusión:

Muy específicamente mi exhortación, mi llamado para usted este nuevo año es que se tome un tiempo para planificar las cosas más importantes de la vida.

 

Planifique cómo va a pasar tiempo con su esposa para profundizar y fortalecer su relación. Planifique cómo va a pasar su tiempo jugando y enseñándoles a sus hijos. Planifique cómo va a recibir la cantidad de ejercicio que necesita para permanecer sano. Planifique cómo va a dormir lo suficiente. Planifique cuánto debería comer y cómo se pondrá límites a usted mismo. Planifique sus vacaciones de modo que realmente sirvan de descanso y renuevo espiritual.

 

Y lo más importante, planifique cómo la oración y la meditación en la Palabra de Dios van a ser partes significantes de su vida. Sin un plan haremos a un lado estas cosas importantes debido a presiones urgentes.

 

Haga de la planificación una parte regular de su vida

Pero no sólo bastará con planificar algo hoy o mañana. La planificación debe ser una parte regular de su vida. Esto es en adición al tiempo que espero que todos estemos tomando cada semana para planificar nuestra semana de trabajo.

 

Así que mi exhortación para usted es que aparte un tiempo cada semana para planificar, especialmente para planificar su vida de oración y de estudio de la Biblia. Por ejemplo, ya que el domingo es el primer día de la semana (no el último) y pertenece al Señor, tómese diez o quince minutos cada domingo y piense cuándo podrá orar y qué estudiará esa semana. Piense en cómo Dios quiere usarle de una manera especial esa semana. Planee las cartas o emails que debe escribir, los versículos de la Biblia que quiere enseñar a sus hijos, las visitas que quiere hacer, el libro que quiere leer, la conversación que quiere tener con el vecino, etc.

 

Los Proverbios nos enseñan a planificar. El más grande misionero que ha vivido fue un planificador. Dios es un Dios que hace todas las cosas de acuerdo a un plan. Y Jesús se preparó para ir a Jerusalén debido al plan más amoroso jamás concebido.

 

Él planificó para nuestro gozo; nosotros debemos planificar para Su gloria.

 

By John Piper. ©2015 Desiring God Foundation. Website: desiringGod.org

Traducido por: José Luis García

 

 

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